Más de la mitad de los docentes creen que los casos de ‘bullying’ han aumentado en los últimos años y siete de cada diez consideran que este fenómeno es ya un “problema importante” de los centro de enseñanza españoles. Así lo revelan las conclusiones del estudio Cambridge Monitor, que en su quinta edición realiza una radiografía de la ‘Innovación en la Educación’ en España “a través de los que mejor conocen la situación: los profesores y profesoras”.
Según este barómetro, el 86% de los profesionales del ramo opina además que el uso de redes sociales está influyendo en el incremento de los episodios de acoso escolar, mientras que un porcentaje similar de los encuestados confía en la educación emocional para solucionar este tipo de conflictos.
En cuanto a las familias de los estudiantes, el 94% del profesorado afirma que los padres y madres delegan en la escuela la responsabilidad de la educación de sus hijos, y tres de cada cuatro participantes en el sondeo realizado por Cambridge University Press lamentan que los progenitores han perdido el respeto y la confianza en los docentes. Eso sí, un 86% se siente respetado por los alumnos, que constituyen el colectivo que más valora su trabajo.
Respecto a los deberes y los exámenes, que se han convertido en “una de las principales fuentes de conflicto entre padres y profesores”, más de la mitad de los profesionales consultados niegan que los discentes tengan demasiadas tareas y pruebas de evaluación. No obstante, discrepan acerca de la conveniencia de que los deberes se hagan fuera del horario lectivo (algo que apoya un 34%) o durante la jornada escolar (posición que defiende un el 26%); el 41% restante no está seguro de qué es lo más recomendable.
Por otra parte, el 55% ciento de los entrevistados duda que el sistema educativo prepare a los estudiantes para los retos venideros. En esta misma línea, siete de cada diez advierten de que en los próximos años el mercado laboral valorará más las competencias que los conocimientos, y vaticinan que el futuro de la educación pasará por replantear la evaluación del alumnado.
Asimismo, el 86% de los docentes estima que el sistema debe adaptarse a los cambios que está experimentando la sociedad y el 67% considera que el modelo actual se ha quedado obsoleto y no responde a las necesidades del siglo XXI. Ante tal panorama, la mayor parte del colectivo reclama un pacto de estado para mejorar la educación, aunque los profesores se muestran poco optimistas, puesto que el 84% piensa que ésta no es una prioridad para los políticos. La mayoría de los encuestados también critican la falta de recursos, las repercusiones negativas que los recortes tienen en la calidad de la enseñanza y los continuos cambios de legislación.
Para ocho de cada diez participantes en el estudio, el sistema español tiene que cambiar mucho para equipararse a los del norte de Europa. De hecho, el 40% augura que este país nunca se igualará en materia educativa a los países nórdicos, mientas que el 31% pronostica que en un plazo de diez años podrá “estar a la altura”. Los modelos con mejor reconocimiento por parte de los entrevistados son los de Finlandia (con una puntuación de 4,60 sobre 5), Dinamarca (4,26) y Alemania (3,88), y los peor valorados son los de Portugal (2,85), Italia (2,81) y España (con 2,54).
La educación en valores, el aprendizaje colaborativo y la educación emocional son los enfoques metodológicos prioritarios para los docentes consultados y los que más aplican en sus aulas. Los objetivos más importantes que se persiguen son impulsar el respeto a la diversidad, formar a ciudadanos responsables, fomentar la igualdad de oportunidades de género y resolver la problemática del acoso escolar. En cuanto a las competencias esenciales para el futuro del alumnado, los profesores destacan sobre todo la autonomía, la capacidad para resolver problemas y el pensamiento crítico.
Por otro lado, algo más de la mitad de los profesionales de la enseñanza aseguran que querrían ser más innovadoras, pero el contexto no se lo permite, y aluden a los recortes presupuestarios y a las restricciones de las administraciones públicas como principales obstáculos. En este sentido, el 72% sostiene que para innovar en la educación es necesaria una inversión económica importante y el 90% apunta que la innovación no solo tiene que ver con la digitalización.
Según el estudio, los centros educativos concertados son los que más utilizan las nuevas tecnologías y los profesores de Formación Profesional son los docentes “más digitalizados”. Respecto a los recursos empleados, el ordenador se mantiene como el dispositivo que se usa con mayor frecuencia en los colegios e institutos, frente a la pizarra digital y a las ‘tablets’.
En la encuesta para la elaboración de la quinta edición del barómetro Cambridge Monitor, de Cambridge University Press, han participado 1.133 maestros y profesores de distintos niveles de enseñanza que imparten diferentes asignaturas tanto en centros públicos como privados y concertados de todas las comunidades autónomas españolas. Su objetivo principal es “conocer el statu quo de la innovación educativa en España”.