La publicación de parte de los resultados de España en el Informe PISA, que estaba prevista para el 3 de diciembre, ha quedado aplazada tras detectarse ciertas anomalías en las respuestas dadas por los estudiantes de algunas zonas del país en la prueba de lectura. Así lo ha decidido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que abordará el asunto con el Gobierno español para buscar las causas de estas supuestas irregularidades.

La OCDE ha adoptado dicha decisión al entender que los resultados obtenidos en la prueba de lectura en España “no reflejan el nivel real de competencia de los estudiantes” y tampoco descarta que las evaluaciones de las competencias matemática y científica se hayan visto asimismo afectadas por ese “comportamiento anómalo”, aunque en menor grado, por lo que los resultados de estas últimas sí se darán a conocer en la fecha acordada.

Según ha informado la OCDE a través de un comunicado, “los datos de España han cumplido los estándares técnicos de PISA y no se ha apreciado ningún error técnico ni manipulación de los mismos”. Sin embargo, en determinados casos se ha detectado “un comportamiento de respuesta inverosímil por parte de los estudiantes”; en concreto en la prueba de lectura, en la que un “número relevante” de alumnos españoles contestaron en una sección nueva, relativa a la fluidez lectora, “de una forma que era patente que no representaba su competencia lectora real”.

Dado que esa evaluación se llevó a cabo con ordenador, “las acciones de los estudiantes quedaron registradas y se ha podido realizar un seguimiento de lo que hicieron”, añade la nota de la OCDE, en la que se explica que “en muchos casos”, los alumnos españoles “contestaron la sección de fluidez lectora de manera apresurada, empleando menos de 25 segundos en total para responder más de 20 preguntas”, cuando los discentes de otros países que realizaron este prueba “emplearon por lo general entre 50 segundos y más de dos minutos” para esta misma tarea, “dependiendo de lo rápido que pudieran leer”.

“La extensión y concentración de respuestas de este tipo, muy rápidas y siguiendo un cierto patrón, ha tenido lugar solo en España, y afecta a los datos de rendimiento en lectura”, añaden desde la organización promotora del Informe PISA, cuyos responsables han precisado que este comportamiento se ha detectado “sobre todo en determinados centros educativos de algunas zonas” del país que no han sido reveladas. Ante estas circunstancias, “la OCDE decidirá cuál es la mejor forma de publicar los resultados de lectura en España” una vez que conozca “la extensión del problema en profundidad” y valores “sus causas y consecuencias”, según apunta en el comunicado.

En las pruebas de 2018 del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, que se convocan cada tres años, participaron cerca de cuarenta mil 40.000 alumnos españoles de Educación Secundaria Obligatoria pertenecientes a más de un millar de institutos. Este estudio se lleva a cabo a nivel mundial y mide el rendimiento académico en matemáticas, ciencia y lectura.

El Ministerio de Educación y la OCDE identificarán el problema

La ministra de Educación y Formación Profesional en funciones, Isabel Celaá, ha subrayado que las pruebas del Informe PISA 2018 de España se realizaron entre los meses de abril y mayo del año pasado, cuando gobernaba el Partido Popular, al tiempo que ha argumentado que la decisión de aplazar la publicación de un parte de los resultados es una “cuestión de la OCDE exclusivamente”. Además, ha indicado que “no es la primera vez que ocurre”, ya que algo similar ocurrió en otros países en ediciones anteriores.

Durante su comparecencia en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Celaá insistió en que “la OCDE es la que tiene los datos”, aunque su departamento ayudará a identificar las causas del comportamiento de respuesta considerado “anómalo”.

[Imagen: Moncloa]