“Ha llegado la hora de que la FP cuente con todo el apoyo del Gobierno de España”. Así de contundente se ha mostrado Pedro Sánchez, quien ha incidido en que la Formación Profesional representa una prioridad para el Ejecutivo, que la considera “un motor de futuro y progreso”, además de una pieza clave para “fortalecer el sistema productivo” y consolidar un “modelo de crecimiento sostenible y sostenido capaz de crear empresas con empleos y suelos dignos”.

Es por ello que una de las grandes metas que se han marcado el presidente y su gabinete es conseguir una FP de prestigio y reconocida en Europa, que sea más moderna, flexible e innovadora, y que responda con rapidez y se anticipe a las necesidades de la sociedad actual.

Con motivo de su participación en el encuentro “+Futuro +Progreso = +FP. La educación que desarrolla el talento”, celebrado en el Auditorio del Museo Nacional del Prado en Madrid, Sánchez esbozó los tres objetivos que persigue la nueva política de Estado en torno a la Formación Profesional, que son “incrementar la productividad, la competitividad y la innovación ante una globalización exigente; contribuir a la empleabilidad de jóvenes y adultos con una lógica de aprendizaje permanente; y activar el ascensor social hacia cualificaciones intermedias atractivas y bien retribuidas que se había quedado bloqueado en los últimos años”.

Tras recordar que el Gobierno socialista ya ha mantenido reuniones con la patronal y los sindicatos para adaptar la FP a “las nuevas realidades”, el jefe del Ejecutivo manifestó que “sería irresponsable negar que tenemos un problema estructural” respecto a esta etapa educativa que se debe resolver, “porque las empresas no ven satisfechas sus demandas de perfiles profesionales y los jóvenes se encuentran con dificultad para conseguir un empleo”. Frente a tal panorama, la Formación Profesional arroja una tasa de ocupación del 74%, “lo que demuestra que es la mejor forma de combatir la lacra del paro”.

A juicio de Sánchez, “ningún país avanzado puede permitirse una FP poco estimada”. “Debemos empezar a prestigiarla -añadió-, en términos formativos y profesionales, para que no haga falta hablar bien de la FP, sino para que hable por sí sola”.

Durante su intervención en el foro, la ministra de Educación y Formación Profesional explicó que uno de los propósitos del Gobierno es “elevar la cualificación de la población activa”, al tiempo que resaltó la importancia de las empresas y los agentes sociales en la transformación de la FP, cuya nueva concepción le llevará a huir de la excesiva burocracia. Y es que “no es de recibo que en este mundo en el que vivimos se tarde cuatro años en ofertar un título sobre un nuevo perfil profesional”, criticó Isabel Celaá, quien también abogó por implantar en las comunidades autónomas las titulaciones que correspondan a las necesidades de cada territorio.

Por su parte, la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social declaró que “quien apueste por la Formación Profesional va a tener presente y futuro laboral”, aunque “no vale solo con la FP antes del empleo”, sino que “la formación tiene que ir desde los 0 a los 65 años, y debe ser permanentemente continua”. Asimismo, Magdalena Valerio pidió no dejar en el olvido “a las personas que se nos están quedando en la cuneta, los parados de larga duración”, para quienes es “importante la acreditación de las competencias” con el fin de que “puedan obtener un certificado que les permita volver al mercado laboral”.

El encuentro “+Futuro +Progreso = +FP. La educación que desarrolla el talento” forma parte de la estrategia del Gobierno para “impulsar una nueva Formación Profesional de prestigio, que desempeñe un papel decisivo en la modernización del sistema productivo de España y que sea reconocida en Europa”. En este foro han participado alrededor de medio millar de personas del mundo educativo y empresarial.

Los datos de la OCDE revelan que, en la última década, el número de matriculados en Formación Profesional en España ha aumentado un 57,4% hasta superarse los 804.800. Sin embargo, el porcentaje de estudiantes que eligen FP representa el 12% del total de alumnos, la mitad respecto al resto de países de la OCDE. Para mejorar estas cifras, el Ejecutivo está impulsando una nueva FP más moderna, flexible, innovadora e internacional, que responda con rapidez y logre anticiparse a las necesidades del modelo productivo. Y es que, según diversos estudios, la mitad de los puestos de trabajo que se necesitarán en Europa serán cualificaciones intermedias.

“La Formación Profesional también es fundamental para combatir una de las grandes lacras del sistema educativo: el abandono escolar temprano”, indicaron fuentes del Gobierno, que arguyeron que “con la reforma que lidera la ministra Isabel Celaá, la FP ofrecerá nuevas alternativas y posibilidades para retornar al sistema educativo”.

En este contexto, los agentes sociales colaborarán con los representantes educativos, y las empresas trabajarán con la administración para identificar las cualificaciones que necesite el mercado laboral en cada ámbito profesional y desarrollar una formación adecuada. Además, se actualizará la oferta de titulaciones, prestando especial atención a la economía 4.0., y se impulsarán proyectos de innovación en los centros de FP.

El Gobierno ya trabaja con empresas para incorporar nuevas cualificaciones relacionadas con las tecnologías avanzadas, los sistemas inteligentes, las redes de comunicación 5G y los entornos de la economía 4.0., y se están abordando áreas como la biotecnología, el desarrollo sostenible, la movilidad electrónica, la ciberseguridad, la economía circular, la impresión 3D en los ámbitos cotidianos, la salud medioambiental, la prevención de riesgos profesionales, la salud laboral o los cuidados sociosanitarios.