El brote del coronavirus está afectando a la educación de más de 860 millones de niños, jóvenes y adultos en todo el mundo, según datos de la UNESCO, que ha indicado que, en un intento por contener la pandemia mundial, más de un centenar de países ha clausurado sus instituciones educativas a nivel nacional. Otros doce, además, han implementado de momento cierres escolares localizados, por lo que la cifra de estudiantes que no pueden acudir a clase podría aumentar.

Entre los países que han ordenado el cese general de las actividades educativas de carácter presencial se encuentra España, donde el Gobierno declaró el pasado 15 de marzo el estado de alarma y en el que más de 9,7 millones de alumnos y alumnas deberán permanecer en casa hasta que se decida la reapertura de los centros docentes.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha recordado, a través de su página web, que “está brindando apoyo inmediato a los países mientras trabajan para minimizar la interrupción educativa y facilitar la continuidad del aprendizaje, especialmente para los más vulnerables”.