La titular de Educación y Formación Profesional ha anunciado que, una vez que sea aprobado por el Consejo de Ministros, el proyecto de la nueva ley de educación llegará en las próximas semanas al Congreso, donde se mantendrá “una inequívoca voluntad de búsqueda de acuerdos”. Así lo indicó Isabel Celaá durante su comparecencia en la Comisión de Educación y FP de la Cámara Baja, donde explicó los avances en la tramitación del texto.

La ministra recordó que, en los dos últimos meses, el anteproyecto ha ido incorporando las opiniones y propuestas de las personas y organizaciones que han participado en los procesos de consulta. Tan sólo en una primera fase se recibieron más de 43.600 correos electrónicos, mientras que en una segunda etapa se recabaron las aportaciones de un centenar de asociaciones y organizaciones del ámbito educativo, de comunidades autónomas, de los consejos escolares regionales y de otros ministerios.

“Como resultado de este proceso, el anteproyecto que les presentamos hace unos meses se ha enriquecido, hasta convertirse en un proyecto maduro, ambicioso y con visión de futuro, que pretende dar respuesta a los desafíos que nuestra sociedad plantea”, arguyo la también portavoz del Gobierno.

Respecto a los cambios que incorpora la futura ley, destaca que, en la educación de los niños y niñas de 0 a 3 años, la norma dará un mandato al Ejecutivo, en colaboración con las administraciones educativas, para regular los requisitos mínimos que deben cumplir los centros que imparten esta etapa educativa. En Primaria se recuperará la estructura por ciclos y se fortalecerá la inclusión educativa, así como la atención personalizada.

Además, se organizará la Educación Secundaria Obligatoria para que la ESO conduzca a la obtención de un título único (sin prueba externa), se retomarán los Programas de Diversificación Curricular y se acometerá una nueva configuración de la Formación Profesional Básica. En cuanto a los contenidos y a las metodologías de enseñanza, se facilitará la agrupación de materias en ámbitos de conocimiento y se introducirá el trabajo por proyectos prácticos para las asignaturas optativas.

“También se recuperará la obtención del título de Bachillerato a través del proceso ordinario de la evaluación, retomando la prueba de acceso exclusivamente para la entrada a la universidad. Organizativamente, se flexibilizará su duración, sin obligar a repetir necesariamente cursos enteros”, según informaron fuentes del Ministerio de Educación.

En el caso de la Formación Profesional, se agilizarán los procesos de incorporación de nuevos contenidos, se definirán las vías de acceso a los ciclos formativos y se impulsarán los procesos de acreditación de competencias profesionales reconociendo la experiencia laboral para favorecer el retorno a los estudios y la formación permanente.

Entre las medidas relacionadas con la equidad, la nueva ley educativa incidirá en la atención que las administraciones tienen que prestar a la escuela rural y a la insular, y se restablecerá el equilibrio en la red de centros, garantizando los derechos y libertades de todos los interesados. Además, se establecerán evaluaciones de diagnóstico para el alumnado de cuarto de Educación Primaria y segundo de la ESO, y se prevé la evaluación general del sistema educativo con evaluaciones muestrales y plurianuales de las competencias adquiridas por los estudiantes del último curso de Primaria y de la ESO.