El Pleno del Congreso ha aprobado la LOMLOE, también conocida como ‘Ley Celaá’, con 177 votos a favor, 148 en contra y 17 abstenciones. Tras recoger algunas enmiendas que se presentaron al texto inicial y recibir el visto bueno de la mayoría de la Cámara Baja, el proyecto de la reforma educativa del Gobierno, que supondrá la derogación de la LOMCE, tendrá que continuar ahora su tramitación parlamentaria, pasando por el Senado y después, de nuevo, por el Congreso.

El texto ha salido adelante con el apoyo del PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, Compromís, Más País y Nueva Canarias. PP, Cs, Vox, CC, PRC, UPN y Foro han votado en contra, mientras que EH Bildu, JxCat, BNG, Teruel Existe y la CUP se han abstenido. En cualquier caso, Partido Popular, Ciudadanos y Vox ya han anunciado que, una vez que se apruebe de manera definitiva la norma, la llevarán al Tribunal Constitucional, entre otros motivos, por la supresión de las alusiones al castellano como lengua vehicular.

La diputada socialista Luz Martínez Seijo, sin embargo, ha acusado a estos partidos de decir “mentiras” y ha negado que con la LOMLOE se pretenda acabar con el castellano en la enseñanza o cerrar las escuelas de Educación Especial. También en esta línea se ha pronunciado Javier Sánchez Serna, de Unidas Podemos, quien ha denunciado la “campaña de desinformación” que ha venido orquestado la derecha contra esta ley, que pondrá “punto final” a la LOMCE y a su “modelo elitista”.

Desde una posición diametralmente opuesta, la ‘popular’ Sandra Moneo ha asegurado que, además de suponer “una ruptura de nuestro modelo competencial”, este proyecto legislativo está “profundamente ideologizado”, algo que también sostiene la diputada de Ciudadanos Marta Martín. Asimismo, ambas diputadas han criticado la decisión de incorporar la enmienda sobre la supresión del carácter vehicular del castellano, aspecto con el que ha sido especialmente vehemente Joaquín Robles, de Vox, quien ha calificado la reforma como “peligrosa” y “sectaria”.