La aprobación de la LOMLOE, la universalización de la educación de cero a tres años o la actualización de la FP serán algunos de los principales retos de Isabel Celaá, quien vuelve a situarse al frente del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP). En su segunda etapa como responsable de esta cartera, la socialista también impulsará las becas y el estatuto del docente, y promoverá la digitalización de la enseñanza, según anunció tras tomar posesión de su cargo.
En su intervención ante el equipo ministerial, representantes de la comunidad educativa y responsables autonómicos, la titular del ramo argumentó que “la calidad y la equidad” son elementos “imprescindibles e inseparables para hacer que la educación ayude al desarrollo del talento de cada persona, para asegurar una verdadera igualdad de oportunidades y para forjar un modelo económico moderno y que proporcione prosperidad”. Además, subrayó la importancia de la escuela pública como eje vertebrador del derecho a una educación de calidad para todos y explicó cada una de las líneas maestras de su gestión.
En este sentido, la ministra abogó por alcanzar un “gran acuerdo de país” para seguir avanzando hacia una Formación Profesional moderna, con una oferta permanente de nuevas titulaciones y con 200.000 nuevas plazas en cuatro años. Para ello, se unificarán las competencias de FP del sistema educativo y para el empleo “bajo el pabellón” del departamento que dirige Celaá, con el fin de impulsar un sistema unificado en este ámbito.
De esa manera, el MEFP asumirá tres competencias hasta ahora en manos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social: la elaboración de las normas e informes sobre el Sistema Nacional de Cualificaciones Profesionales; la elaboración y actualización de los Certificados de Profesionalidad y las pruebas de evaluación; y, por último, la incorporación de la red de Centros de Referencia Nacional a la red de centros de FP.
“La FP en España no puede ser vía de segunda categoría”, sino que “ha de ser fuerte”, y “tenemos que conseguir que nuestros conciudadanos y conciudadanas tengan una titulación, una capacitación profesional que les permita sortear estos cambios disruptivos que estamos viviendo en nuestra sociedad globalizada”, declaró Celaá.
Otro de los grandes objetivos de la ministra será avanzar en la universalización de la educación de cero a tres años, una etapa que se considera clave para mejorar el éxito educativo y para prevenir el fracaso escolar, pero que también tiene un gran impacto en la lucha contra la pobreza infantil y para la conciliación y la equidad.
Respecto a las becas, subrayó que estas son el mecanismo más potente para que la educación pueda actuar como nivelador social, asegurando que las razones económicas no se traducen en barreras para el estudio. Bajo esta premisa, se culminará la reforma del sistema para mejorar la gestión y agilizar los procesos de concesión de las ayudas.
Por otra parte, Celaá destacó que “la educación debe responder al desafío de la digitalización de la sociedad y la economía; un proceso que lo está cambiando todo, hasta la forma de generar el conocimiento”. Es por ello que su departamento hará hincapié en las competencias del alumnado, cuidando no solo las técnicas, sino también el desarrollo del pensamiento crítico, la capacidad de comunicar, la de cooperar con otros o la creatividad. En cuanto al nuevo currículo, se “pasará de contenidos enciclopédicos a contenidos competenciales”, lo que permitirá que sea “más moderno, flexible y adaptado a la personalización de la educación”.
La ministra, quien apeló a la necesidad de que el MEFP trabaje de forma coordinada con las comunidades autónomas, la comunidad educativa y los agentes sociales, dará además prioridad a la carrera profesional para asentar el liderazgo pedagógico. “Vamos a modernizar la formación inicial, la inducción docente y el acceso a la función pública y el diseño de una carrera profesional que incorpore formación permanente, la investigación y la evaluación”, apostilló.
Isabel Celaá vuelve a capitanear el frente del Ministerio de Educación y Formación Profesional, aunque ha dejado de ser la portavoz del Gobierno, responsabilidad que ahora asume la titular de Hacienda, María Jesús Montero. Doce hombres y once mujeres integran el nuevo Ejecutivo de coalición presidido por Pedro Sánchez, conformado por veintidós ministerios y cuatro vicepresidencias.
En esta nueva etapa, uno de los principales desafíos será la derogación definitiva de la LOMCE y la aprobación de la nueva Ley de Educación, después de que en la pasada legislatura la LOMLOE, también conocida como ‘Ley Celaá’, ya recibiera el visto bueno del anterior Ejecutivo.