Aunque la nueva Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad no se implantará hasta 2025, la prueba correspondiente al presente curso incorpora ligeras modificaciones con el objetivo de adaptarse a la LOMLOE y a los nuevos currículos de Bachillerato. Con el nuevo modelo se pretende lograr una mayor homologación entre las distintas comunidades autónomas y primar la evaluación de las competencias del alumnado frente a la memorización de contenidos.

Este año, sin embargo, la EBAU apenas sufrirá cambios. El número de exámenes será el mismo y tendrán una duración de 90 minutos, con al menos media hora de descanso entre cada uno. En cuanto a la estructura de la prueba, hay una fase general u obligatoria, en la que se evaluarán cuatro materias troncales (o cinco, en el caso de las comunidades con lengua cooficial), y una fase voluntaria, en la que los estudiantes se podrán examinar de un mínimo de dos y un máximo de cuatro asignaturas para subir nota.

Cada una de las pruebas tendrá una única propuesta de examen con varias preguntas entre las que poder elegir y podrán ser de respuesta abierta, semiabierta o de opción múltiple. Al menos el 50% de la puntuación de cada examen se logrará contestando a los dos primeros tipos de preguntas, mientras que en las de opción múltiple habrá una sola respuesta correcta a escoger entre distintas alternativas. La calificación final se calculará ponderando un 60% la nota media normalizada obtenida por el alumno o la alumna en primero y segundo de Bachillerato (sin tener en cuenta la nota de Religión) y un 40% la calificación de la parte obligatoria de la EBAU. Para poder acceder a la universidad, esta nota media deberá ser igual o superior a 5 puntos.

En octubre de 2023, se presentó el borrador de Real Decreto que regularía la nueva Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad. Sin embargo, la convocatoria de elecciones generales obligó a que se aplazara su aprobación. Con el nuevo modelo que pretende implantar el Gobierno, de manera progresiva, la estructura de la prueba mantendrá las dos fases, pero incluirá menos exámenes; en concreto, cuatro ejercicios con una ponderación del 25% cada uno. El primero evaluará la materia de la modalidad elegida, otros dos valorarán las materias comunes (Historia de la Filosofía e Historia de España) y una cuarta prueba de carácter general medirá la madurez académica del estudiante.

Según un comunicado publicado por el Gobierno, “tras un primer periodo transitorio, esta prueba de madurez pasará a valer un 75% y sustituirá a los ejercicios de las materias comunes, mientras que se mantendrá con una ponderación del 25% el ejercicio específico sobre la materia de modalidad”. “La EBAU –añade la nota– quedará así dividida en dos exámenes: uno más global y otro más específico, ambos con una orientación más competencial y menos memorística”.

Por su parte, RTVE ha informado que entre las novedades del borrador del Real Decreto sobre la nueva EBAU, se incluye que hasta el 10% de la nota de la prueba dependerá de aspectos como la coherencia, la corrección gramatical y ortográfica y la presentación. El texto, no obstante, especifica que “la aplicación de estos parámetros podrá flexibilizarse en el caso del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo”. La calificación final de la evaluación para el acceso a la universidad continuará estando formada en un 40% por estas pruebas y en un 60% por la nota de Bachillerato.