El último informe del Defensor del Profesor de ANPE alerta del aumento de casos de depresión y estrés entre los profesionales de la enseñanza, lo que lleva aparejado un incremento de las bajas laborales. Tan sólo durante el pasado curso escolar 2021-2022, este servicio de atención inmediata y gratuita para los docentes que necesiten ayuda, apoyo y orientación ante cualquier tipo de situaciones de conflictividad y violencia en las aulas, atendió un total de 1.994 consultas.

Según el sindicato, a pesar de que en el último año no ha habido un crecimiento significativo en cuanto al número de solicitudes de asistencia, “sí que detectamos cada vez más complejidad en los casos atendidos, en los que confluyen factores de diversa índole: estado anímico, burnout o síndrome del profesor quemado, carga burocrática, carga lectiva, ratios elevadas, atención a alumnado con necesidades educativas especiales, etcétera”, que dificultan la resolución de estas situaciones.

Un 42% de las consultas recibidas el pasado año por el Defensor del Profesor provinieron de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato; un 39%, de Primaria; un 6%, de Infantil; y un 9%, de Ciclos Formativos de Grado Medio, Superior y FP Básica. El 4% restante fueron de profesionales que imparten sus clases en Enseñanza de Adultos, Conservatorios, Escuelas Oficiales de Idiomas y otras enseñanzas.

En cuanto a los tipos de casos atendidos, destacan los correspondientes a problemas con la Administración, que aumentaron de un 25% a un 30%. Según ANPE, “la publicación de protocolos de actuación ante la COVID tardíos y cambiantes”, los “recortes en personal de apoyo para atender al alumnado” y “los cambios normativos con el curso empezado” han venido generando un “estado de tensión constante” entre el profesorado, al que también contribuyeron “la puesta en marcha de protocolos como el de ideación suicida o contra el acoso sin asignación horaria y sin formación suficiente para los docentes”. Todas estas tareas han supuesto una mayor carga burocrática para los profesionales de la enseñanza, que “se sienten solos y con una responsabilidad que excede de sus funciones”, lo que ha provocado que la relación con las administraciones se resienta.

Las situaciones derivadas del contexto educativo actual y de la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus también han afectado a la salud mental de los docentes, tal y como advierte este sindicato. Así lo pone de relieve el hecho de que el 78% de las personas atendidas por el Defensor del Profesor el curso pasado tuviera ansiedad, un 12% padeciera procesos depresivos y un 15% se encontrara de baja. Estas situaciones, además de suponer un sufrimiento personal para los afectados, implican una significativa reducción del rendimiento profesional y una disminución de la calidad de la educación. Asimismo, las bajas laborales generan un coste adicional para la administración y una modificación de la propuesta pedagógica para el alumnado.

Ante este panorama, ANPE ha insistido en la necesidad de desarrollar una Ley de Autoridad del profesorado a nivel estatal y de adoptar medidas reales que dignifiquen la labor docente. Además, ha vuelto a proponer la elaboración de un Plan Estratégico de Mejora de la Convivencia Escolar en los Centros Educativos, que contemple, entre otras medidas, actuaciones para la prevención del acoso y la protección a las víctimas, el establecimiento de protocolos ante agresiones al personal docente de los centros sostenidos con fondos públicos o la implantación de servicios de atención psicológica para la comunidad educativa en todas las comunidades autónomas.

Desde su puesta en marcha en noviembre de 2005, el Defensor del Profesor de ANPE ha atendido más de 42.400 casos. Se trata de un servicio pionero en la ayuda al docente en relación a los problemas de convivencia escolar que cuenta con presencia en todas las comunidades autónomas.

Otros datos del informe

• Casi uno de cada cuatro docentes atendidos por el Defensor del Profesor el pasado curso tenía problemas para dar clase, mientras que un 12% denunció ser víctima de falsas acusaciones por parte del alumnado. También es elevado el porcentaje de casos derivados de faltas de respeto (24%), a lo que se suma un leve incremento de las agresiones de estudiantes a profesores (que pasan del 5% al 6%). Otros problemas de los que se quejan los profesionales atendidos por este servicio son las conductas agresivas entre alumnos, los daños a la propiedad o el ciberbullying.

• Un dato positivo es que ha descendido el número de consultas por faltas respeto y por acoso de padres y madres a docentes, aunque es un problema al que todavía se enfrenta un porcentaje significativo de los profesionales de la enseñanza que recurren al Defensor del Profesor. Además, han aumentado los casos de agresiones físicas, pasando del 2% al 3%. Las falsas acusaciones por parte de las familias del alumnado, el ciberacoso, las presiones para cambiar notas o las denuncias de los progenitores ante el centro o la inspección son otros problemas que denuncian los docentes.