La mayor parte de los docentes de Centros o Aulas de Alta Complejidad o de Difícil Desempeño creen que sus alumnos no cuentan en su gran mayoría con competencias digitales suficientes, especialmente en temas relacionados con la seguridad, para un escenario de educación online o blended. Así lo desvela un informe elaborado por la FAD y BBVA del que se desprende que la brecha digital es una realidad entre los estudiantes más vulnerables.

A través de su proyecto Educación Conectada, cuyo objetivo es apoyar la transformación digital en el ámbito educativo, se han analizado las dificultades que, sobre todo durante y a raíz de la pandemia, encuentran ante la digitalización los centros pertenecientes a esta categoría, en la que se engloban, entre otros, aquellos con un alto porcentaje de alumnos con Necesidades Educativas Especiales. Para ello se han realizado entrevistas grupales e individuales a más de un centenar de centros de estas características, una encuesta a docentes y el estudio de numerosas fuentes secundarias.

El informe, titulado ‘Mapeo de centros de difícil desempeño y análisis de competencias digitales de las familias en situación de vulnerabilidad’, ha sido desarrollado por Roots for Sustainability (R4S) y ÀreaQ – Avaluació i Recerca Qualitativa, y una de sus principales conclusiones es que este tipo de colegio o institutos están en “clara desventaja”. El motivo es que gran parte de su alumnado y sus familias no cuentan con competencias digitales suficientes para un escenario de educación online, con lo que se encuentran en riesgo de “exclusión educativa”. En otros casos, como ocurre en determinados Centros Rurales Agrupados, no disponen de infraestructuras desarrolladas de conexión a internet.

Estos centros, según el estudio, concentran una serie de factores que provocan que su alumnado sea susceptible de sufrir la segunda y tercera brecha digital, vinculadas a la desigualdad en la adquisición de competencias digitales y en el uso de las TIC, respectivamente, lo que suponer ir más allá de no tener acceso a las tecnologías (primera brecha digital).

El 45% de los docentes encuestados afirma que sus alumnos tienen un nivel de competencia muy bajo a la hora de comprender los riesgos de internet, mientras que el 39% lo considera mediano y al 12% nulo. Además, casi tres de cada cuatro profesores ven indispensable el papel de las familias para proteger a sus hijos en la red, aunque el nivel de competencia de éstas es percibido por los profesionales de la enseñanza como muy bajo (46%) o mediano (45%).

Llegar a ser competente digitalmente “incluye el uso seguro de las tecnologías de la información y la comunicación, por eso se presenta clave para entender las necesidades de estos centros e implementar mejoras”, según indican fuentes de la FAD, que señalan que “la seguridad supone un uso crítico y consciente de las posibilidades y límites de las TIC, tanto en lo que respecta a una/uno mismo como en lo que puede afectar a otras y otros”.

La investigación sugiere además que hay un gran trabajo por hacer en cuanto al conocimiento de las normas de conducta en internet y las redes sociales. En gran medida, las familias del alumnado de este tipo de centros o aulas desconocen los mecanismos de control y las consecuencias del comportamiento de sus hijos e hijas en el espacio virtual. A este respecto, el 41% del profesorado participante en el estudio juzga como muy baja la competencia de los estudiantes a la hora de mostrar consideración, respeto y cuidar la privacidad de las demás personas en la red.

También es considerada por la mayoría de los docentes como muy baja (50%) y mediana (36%) la capacidad de los alumnos en lo que respecta a la gestión de su identidad digital de forma segura, a lo que se suma que tampoco son conscientes de la necesidad autoproteger sus datos, especialmente en las redes sociales.